Unas copas con unas vistas envidiables, con un fresco poco ideal, pero que recuerda que en algún momento todo se terminará, que en cuanto el fresco apriete lo sufiente, cada uno volverá a su camino, y las risas y los guiños al pasado se perderán, para volver a ser parte de un memoria colectiva repartida como 7 bolas, que esperan unirse de nuevo para enseñarnos al dragón de la magia del pasado.
Es cierto que cualquier tiempo pasado parece mejor, aunque no lo fuera, pero a lo mejor es porque en este caso, el actual deja mucho que desear, y se desea deshacerse de las preocupaciones, volver a las ocupaciones ideales de la adolescencia, donde ninguna hipoteca marcaba tu existencia, los pasos a seguir y por tanto el rumbo de tu vida.
Espero vivir este momento muchas más veces, y que el momento ideal de mi vida, algún día me parezca mejor de lo que es, o no, que todo vaya a mejor y me olvide del pasado, para comenzar a vivir el presente y mirar al futuro sin miedo, dejar de volver la cara, consciente que lo que hay en el futuro no me gusta.
Puede ser una buena conclusión,
quiero poder mirar al futuro sin miedo, dejar de temer lo que veo, y para eso tengo que cambiar el presente.