viernes, 4 de julio de 2008

Esa es una tia

Si me preguntan es una de las frases más típicas de mi infancia, aunque no denotaba mucho género, sino mucho odio y despecho, quizás lo que hoy muchos sienten cuando ven un reality show.

Prácticamente toda mi infancia viví con mi abuela, su vida era para los demás, imagino que todos veremos la persona más generosa del mundo cuando imaginamos a nuestra abuela, pero el tiempo me desmotró que la mia si lo era, aunque no dudo que empatada con muchas más.

Un día completo de labores, y su momento, un momento en el que el mundo vivía en una siesta casi interminable, pero que nosotros sentíamos juntos. En la soledad de un salón, yo me tiraba al suelo y compartía con ella su gran pasión: Las telenovelas. Probablemente contribuyó bastante a mi teleadicción, ahora sustitída por internet. Ella no sólo veía las telenovelas, las contaba, las compartía conmigo y sólo conmigo.

Únicamente se atrevía a hablarle a la televisión cuando los dos compartíamos salón, ella sentía que yo era el único que no la juzgaba, que observaba esa maraña de pasión y odio con el mismo interés que ella. Las indirectas cuando alguien tardaba mucho en irse del salón en su momento del día, era con lo único que era egoísta, con su tiempo que no quería compartir con nadie más.

"Esa es una tia"... solía decir con un tono jocoso, cuando la mala aparecía en escena, probablemente bajando unas escaleras. Sus lágrimas no eran egoístas en los momentos de tritezas y sus risas eran generosas cuando la felicidad y las lecciones de la vida azotaban la maldad y premiaban la bondad.

En mi mente siempre sonará su voz entonando las melodías, desde Doña Bella a Cristal, de Topacio a Manuela, aunque como dijo Alejandro Sanz, un día su voz se le apagó y me dejó sólo.

Días después volví al salón, y en las solitaria tarde de un historia incompleta para ella, la letra de una canción de dudosa calidad, sacudió todo, la casualidad es la madre de los momentos importantes y ese lo fue, no dejé ni una tarde mi cita con su recuerdo hasta el último capítulo, ni tampoco olvidé ir a contarle como terminó...

4 comentarios:

AxiomA dijo...

Leia tu post y en ese instante mi abuela estaba sentada en ese sillon, junto a la tele , y yo era el niño. Ella le hablaba a los personajes, a los presentadores e incluso creaba vinculos invisibles con ellos. Decia " Ese presentador es mi novio" "o esa actriz es mi hermana" y yo , en mi inocencia, me lo creia, y aun sigo en ello, porque cuando los veo actuar, me acuerdo de ella. Tu hoy me has devuelto su recuerdo, y aunque nunca me ha abandonado, hoy esta pegadita a mi y muy Feliz. Gracias!!

Stultifer dijo...

¿Y los que no hemos conocido a las abuelas tenemos un vacío en nuestras vidas?

Laura dijo...

Yo nunca tuve esa conexión con mi abuela, pero tu post me ha recordado todas las telenovelas de aquella época. Saludos.

Rumbero dijo...

Axioma: Me alegra saber que no éramos únicos!

Stulfer: No se puede echar de menos lo que no se ha tenido, y menos sentirse vacío por ello. Otras cosas te llenarían igual o más seguro,

Laura: Bueno, mi abuela tenía muchos nietos, y puedo decir que yo era e único que llegaba a ese punto con ella. Nunca ocultó que era su favorito, pero también era el que siempre estaba ahí cuando ella me llamaba.